viernes, 24 de agosto de 2012

1 de Agosto: El Diablo anda suelto...


Quería comentarles algo que me pasó el día 1 de agosto... Hoy es 24 de agosto, fue hace pocos días y no sabía si publicar lo que me ocurrió...

Bueno, yo vivo en Argentina- Tucumán, trabajaba por las calles 25 de mayo y córdoba al 319, si algunos conocen, verán que hay un centro donde se puede pagar facturas (rapipago)... Esto lo digo para que no crean que la historia es inventada...

Era miércoles 1 de agosto, mi madre me dio te de ruda, porque me dijo que el demonio anda suelto el primero de agosto...

Jamás fui un chico que crea en esas cosas, y a pesar de que a veces me pasaron cosas extrañas en mi casa, lo único que hice fue negarme a mí mismo lo que ocurría...

No creo en la religión, ni menos en lo que hablan, pero eso no quiere decir que no crea en Dios, creo que por eso siempre me pasan cosas raras...

Ese día yo salía a las 22:30 de la noche de trabajar en el drug store, estaba con mi compañero Franco, él salía a las 00:00 de la noche.

Saludé a mi compañero y me fui a tomar el colectivo en la calle Santiago, tomaba el 101(la línea del colectivo) pero para llegar a esa parada tenía que recorrer dos cuadras...

Me puse mis auriculares y puse en la radio de terror que dan todos los miércoles, se llama Los Guardianes...

Mientras caminaba, notaba que no pasaba ningún auto y que no había gente a mi alrededor, raro para ser el centro...

No presté mucha atención, estaba a punto de llegar por un pasillo de maderas que pusieron por la calle, porque estaban arreglando un edificio que queda frente a una facultad...

En ese momento sentí un ruido detrás mió, pero muy fuerte, como que
si alguien había golpeado algo contra el suelo, lo que me parecía raro. Sé que sentí ese ruido teniendo los auriculares puestos...

Me di la vuelta rápido, pensando que alguien me quería robar, y no había nadie, y casi entrando por ese pasillo de maderas. Me vuelvo a poner de frente y veo una persona alta, con un buzo rojo, las manos blancas, y el cabello bien largo...

Casi lo golpeó, me frené de golpe, y pestañeé, al abrirlos, no vi más a ese chico...

Me quedé parado fijándome si no se había metido por algún lugar, pero me empezó a ganar el miedo y quería salir de ese pasillo rápidamente, pues escuchaba las historias de miedo (en mi mente) y más me asustaba.

Al llegar a la parada, apagué el mp3, y tomé el colectivo, me fui a la casa de mi novia que queda a cuatro cuadras de mi casa, y le comenté lo que me pasaba... mi novia no me creía, así que no le dije nada más...

Me fui de su casa tipo 23:50, yendo a mi casa tenia que bajar dos cuadras y doblar dos cuadras más... Bajé las primeras dos cuadras y antes de llegar a la esquina para doblar, se me cruza un perro, era un Rotwailer o algo asi es el nombre de esa raza...

Me asusté un poco, al ver semejante animal suelto, el perro me miró y se sentó en la esquina mirándome, yo asustado sigo caminando sin bajarme a la calle, el perro me seguía mirando, no quise correr, porque no quería provocarlo, y mientras caminaba sentía que las piedras de la calle se movían, como que si alguien estuviera pateándolas, y me fijaba de nuevo y el animal seguía sentado en esa esquina…

Llegué a casa un poco confundido, no quería contarle a mi madre, pero al final lo hice, y ella me dijo que ese era el Diablo...
Me pregunto si había tomado te de ruda, le dije que sí, pero un sorbo nomás, me dijo como era el chico que había visto, le comenté que era alto, flaco, con manos blancas y pelo largo y negro, con un buzo de color rojo. Le comenté también del perro que me miraba y le dije que sentía que alguien me seguía por atrás y cuando me daba vueltas, estaba el perro sentado en la esquina...

Mi madre dijo que ese era el Diablo, que se presenta en muchas formas solo para asustarte, me dijo también que aparece entre cruces, y que si yo me llegaba a bajar a la calle que capas que ese animal reaccionaba…

Me preguntó si yo rezaba o creía en Dios y la Virgen, le dije que no rezo porque no creo en la religión ni en la Iglesia, pero que creo en Dios…

Ahora me doy cuenta, que aunque no creamos en muchas cosas, o no les prestemos atención, creo que somos más vulnerables a que nos sucedan...

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